martes, 27 de marzo de 2007


Para Virgen

Aquellos momentos, cuando todavía tus palabras me daban vida,

donde quedarón cariño, pues tu ausencia se ha vuelto eterna.

Regresamos a la fuente eterna

Dichosa mujer, que tus encantos me vuelven loco,
por ti he dejado mi barca, para nunca más regresar.
Aquí estoy.